¿CÓMO CONSEGUIR NUESTRO PROPÓSITO EN LA VIDA?

“El propósito en la vida es llevar una vida con propósito”.

Te voy a presentar a tres personas, muy diferentes entre sí:

Una de ellas es Mario. Tiene 18 años. Finalizó la ESO con mucho esfuerzo, y hoy por hoy no está estudiando ni trabajando. Su familia está preocupada por su futuro profesional y le dan “sermones” intentando que estudie “algo con futuro” o busque empleo. Conciertan citas de orientación con los Servicios de Empleo, tratando de que los profesionales le digan lo que tiene que hacer y le convenzan. Él está ocupado en vivir su presente, disfrutando de sus amistades y aficiones, con una cierta sensación de fracaso, porque es consciente de que necesita tomar decisiones sobre cómo continuar desarrollándose profesionalmente.

Otra es Sara. Ella tiene 42 años y renunció a su empleo como comercial hace 5 para poder dedicar más tiempo a su hija. Ahora dispone de más tiempo para sí misma, y después de haber estado tan centrada en apoyar a su familia se ha dado cuenta de que necesita su espacio de desarrollo y su independencia económica. La respuesta a ambas necesidades está en el regreso al mercado laboral… a un mercado laboral que ya desconoce, a un puesto de trabajo que le motive (y no tiene ni idea de cuál puede ser) y para el que tendrá que recualificarse (y no sabe cómo ni dónde).

La última es Manuel. Con sus 50 años, se ha visto obligado a salir de la empresa en la que llevaba trabajando 25 años. La profesión que ejercía está en declive, al verse impactada por el desarrollo tecnológico. Él es consciente de que el avance tecnológico está trayendo grandes progresos, y de que lo que está viviendo es una realidad inevitable. Además, está convencido de que tiene mucho que aportar, en otras empresas y posiciones. Es una persona activa, comprometida, resolutiva. Pero… ¿Qué puede aportar exactamente? ¿Dónde? ¿En qué puede recibir formación para transformar su perfil profesional?.

Todas estas personas, aunque diversas, tienen algo en común: la necesidad de cambiar, de tomar decisiones para adaptarse ¿Al mercado? ¿A sus aspiraciones?. También tienen otra cosa en común: muchas dudas. Quieren ponerse las pilas y actuar, pero no saben hacia dónde caminar, ni cuál es el camino.

Para pasar a la acción necesitan motivación

Tener motivación no implica estar siempre alegres (eso es imposible). Tener motivación significa tener “motivos para la acción”, motivos que les empujen a hacer cosas para conseguir metas. Para tener motivación ¿Hay que mirar hacia adentro? ¿O hacia afuera? ¿O tal vez en ambas direcciones?.

Ikigai es un término japonés que no tiene una traducción exacta al español, sin embargo, se le atribuye un significado bastante especial “tener una razón por la que vivir, un propósito de vida”. Nuestro Ikigai está conformado por cuatro dimensiones: lo que nos hace felices (pasión), en lo que somos buenos (competencias), lo que el mundo necesita y por lo que nos pueden pagar (profesiones alineadas con vocaciones). El Ikigai es nuestra brújula, nuestra estrella del norte, y una vez que la dibujamos en el horizonte ya podemos disponer de más certezas sobre el camino a seguir. En un mundo que evoluciona tan rápidamente, la formación siempre va a constituir una fase en el camino. Y ¿qué formación? ¿La que nos acerca a lo que nos hace felices? ¿La que nos permite aportar algo a la sociedad? ¿O la que “tiene más salidas”?.

No se trata de elegir… “No estudies esto porque no tiene salida”, “diseña tu futuro pensando solo en lo que te gusta hacer”. Se trata de buscar la intersección entre todos esos aspectos, y diseñaremos así nuestra estrella del norte.

Te doy unos datos: Según la XV Encuesta de Tendencias Universitarias de 2020, el 56% del alumnado encuestado no sabe qué estudiar cuando finaliza el bachillerato. El 72% de este alumnado afirma que no dispone de orientación académica y profesional que les esté resultando útil para cubrir esta necesidad, y un 52% reconoce no disponer de herramientas suficientes que les ayuden a tomar una decisión.

Y si nos adentramos en el terreno laboral, los informes de la encuesta Gallup evidencian que el 85% de los y las empleadas de todo el mundo admite no encontrar satisfacción en su trabajo. Este es un dato horrible, si tenemos en cuenta la cantidad de tiempo de nuestras vidas que le dedicamos al empleo.

Analicemos la otra cara de la moneda: la orientación académica y profesional

Según Euroguidance, cada vez hay más consenso en que una orientación adecuada conduce a una mayor eficacia en los resultados académicos y la capacidad de las personas para tomar decisiones. Ya sabemos cómo apoyar a Mario, Sara y Manuel en su proceso. Entonces… ¿Cuáles son los problemas para llevarla a cabo?

Te presento a dos personas más:

Empecemos por Raúl. Es orientador académico en un instituto de educación secundaria. Le encanta su trabajo, pero hay algo que le inquieta… Cada vez existe una mayor diferencia de edad entre el alumnado y él, y siente que va perdiendo conexión y comprensión sobre los intereses y motivaciones de este estudiantado.

Ahora conozcamos a Marga. Es orientadora en una oficina de empleo. En su caso, tiene muy claras las necesidades de sus usuarios/as, y también una carga de trabajo impresionante, que no le permite dedicarles el tiempo suficiente para ofrecerles la orientación que le gustaría para ayudarles a descubrir su propósito y aportarles información sobre recursos formativos y tendencias profesionales.

Como puedes ver, nos encontramos ante un problema social importante. Tenemos identificadas las necesidades de las personas y las dificultades de los/as profesionales para satisfacerlas. ¿Y ahora qué?

Ahora tendremos que generar soluciones que den respuesta de forma integral a todos esos retos: Ayudar a las personas a conocerse mejor a sí mismas y al entorno para encontrar su propósito en la vida. Todo esto considerando la falta de tiempo de los/as profesionales de la orientación, y siendo capaces de disponer de métricas y la información que nos permitan caracterizar a los/as usuarios/as y evaluar el impacto de nuestros programas e iniciativas.

Tecnología social como aliada en la búsqueda del propósito en la vida

En neoCK nos propusimos diseñar una solución. Hoy ya es una realidad. Ahora os presento a una persona, si no a una herramienta, a una tecnología social. La tecnología debe estar al servicio de las personas… esa es nuestra máxima. La tecnología no es un enemigo, siempre y cuando la utilicemos para generar un impacto social positivo.

neoIKIGAI es un producto tecnológico que ha nacido recientemente que, pese a su corta edad, ya ayuda a cientos de personas a encontrar su propósito y a cientos de orientadores/as a desarrollar el suyo. Se trata de una herramienta diagnóstica que automatiza el proceso de orientación.

Funciona de la siguiente manera: la persona y otros observadores cumplimentan un formulario 360º que incluye preguntas sobre su trayectoria académica y profesional (si cuenta con ella), las causas sociales que le inspiran, intereses, aficiones, habilidades… El análisis de esta información se pone en relación con profesiones de futuro e itinerarios formativos disponibles. El resultado es la generación de un informe que proporciona a la persona sugerencias de ámbitos de conocimiento y alternativas formativas a cursar e información sobre su nivel soft skills, con recomendaciones para aprovechar sus fortalezas. Los/as orientadores también reciben el informe, gracias al cual se ahorran un montón de tiempo en su trabajo sin dejar de aportar valor a sus usuarios/as, y disponiendo de información valiosa sobre las personas con las que trabajan, que les ayudará a diseñar programas atractivos para ellas.